miércoles, 29 de septiembre de 2010

[Text 101] Garcilaso de la Vega, Soneto IV.



Soneto IV
Un rato se levanta mi esperanza,
mas cansada de haberse levantado,
torna a caer, que deja, a mal mi grado,
libre el lugar a la desconfianza.
     ¿Quién sufrirá tan áspera mudanza
del bien al mal? ¡Oh corazón cansado,
esfuerza en la miseria de tu estado,
que tras fortuna suele haber bonanza!
     Yo mismo emprenderé a fuerza de brazos
romper un monte que otro no rompiera,
de mil inconvenientes muy espeso;
     muerte, prisión no pueden, ni embarazos,
quitarme de ir a veros como quiera,
desnudo espíritu o hombre en carne y hueso.

. [Text 102] (Garcilaso de la Vega, Soneto XXIII.



Soneto XXIII
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
     y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
     coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
     Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

[Text 103] Gerardo Diego, Alondra de verdad, 1941.




Revelación

Era en Numancia, al tiempo que declina
la tarde del agosto augusto y lento,
Numancia del silencio y de la ruina,
alma de libertad, trono del viento.

La luz se hacía por momentos mina
de transparencia y desvanecimiento,
diafanidad de ausencia vespertina,
esperanza, esperanza del portento.

Súbito ¿dónde? un pájaro sin lira,
sin rama, sin atril, canta, delira,
flota en la cima de su fiebre aguda.

Vivo latir de Dios nos goteaba,
risa y charla de Dios, libre y desnuda.
Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba...

[Text 104] Antonio Machado, Soledades, X. “A la desierta plaza”




A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana… Primavera
viene ?su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta?;
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales… Quiero verla…

[Text 105] Miguel Hernández, El rayo que no cesa.




Soneto 22

Vierto la red, esparzo la semilla
entre ovas, aguas, surcos y amapolas,
sembrando a secas y pescando a solas
de corazón ansioso y de mejilla.

Espero a que recaiga en esta arcilla
la lluvia con sus crines y sus colas,
relámpagos sujetos a olas
desesperando espero en esta orilla.

Pero transcurren lunas y más lunas,
aumenta de mirada mi deseo
y no crezco en espigas o en pescados.

Lunas de perdición como ningunas,
porque sólo recojo y sólo veo
piedras como diamantes eclipsados.

[Text 106] Antonio Machado, Soledades, galerías y otros poemas.




Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevadas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece más que joven, adolescente.
Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía,
sol del día,claro día!
¡Hermosa tierra de España!

[Text 107] Blas de Otero, “Tú que hieres”.




Arrebatadamente te persigo.
Arrebatadamente, desgarrando
mi soledad mortal, te voy llamando
a golpes de silencio. Ven, te digo
como un muerto furioso. Ven. Conmigo
has de morir. Contigo estoy creando
mi eternidad. (De qué. De quién). De cuando
arrebatadamente esté contigo.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te llamo
a golpes de agonía. Ven. No quieres.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te amo
a besos de ansiedad y de agonía.
No quieres. Tú, que vives. Tú, que hieres
arrebatadamente el ansia mía.

[Text 108] Miguel Hernández, El rayo que no cesa.




Soneto 6
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

[Text 109] Feliu Formosa “El teu cos ondulat”.


 

El teu cos ondulant
al contrallum del pub.

El teu ble de cabells
damunt la cella ampla.

El teu pòmul on hi ha
la clau de l'harmonia.

Els teus cabells on caben
mil afirmacions.

Els teus llavis al centre
del goig i el desesper.

El teu gest displicent
que amaga la revolta.

Els teus ulls trangressors
al carrer de la joia.

[Text 110] Miquel Martí i Pol, L’arrel i l’escorça.




CANÇÓ

Voldria tenir un llagut
i una casa a la muntanya;
poder encendre un flam al vent
i un altre flam a la calma;
de dia estimar muller
i de nit les dones d'aigua.
Voldria ser tan divers,
tan lliure i divers com l'aire,
conèixer tots els camins
i jeure en totes les cales.
Voldria esbrinar els secrets
de les cambres de les dames
i estimar-les totes, fins
les que fossin maridades,
i morir, de mort suau,
un dimecres a la tarda.

[Text 111] Joan Brossa, Els ulls de l’òliba, “Cacera”.

[Text 112] Carles Riba, Elegies de Bierville, VII.



[VII]
Penso en el cor -i en l'orient
de la perla encara marina;
en el somni que l'endevina
i que l'ull massa ric desment.
Cap triomf no pesa en el vent
i, juntes, al buf que hi declina,
s'esborren l'onada divina
i l'aventura vehement.
¿D'on venim, que no fos tornada?
Com una absurda enamorada,
la vida ens fa plorar el passat.
¿On tornem, que no fos naixença?
Vivim de mort, i no ens és grat;
morim d'amor, i no s'hi pensa.

[Text 113] Llibre de Meravelles, “Els amants”.




No hi havia a València dos amants com nosaltres.
Feroçment ens amàvem del matí a la nit.
Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.
Han passat anys, molt anys; han passat moltes coses.
De sobte encara em pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre abraços i besos.
No comprenem l'amor com un costum amable,
com un costum pacífic de compliment i teles
(i que ens perdone el cast senyor López-Picó).
Es desperta, de sobte, com un vell huracà,
i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.
Jo desitjava, a voltes, un amor educat
i en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peço d'una orella.
El nostre amor es un amor brusc i salvatge
i tenim l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps.
Què voleu que hi faça! Elemental, ja ho sé.
Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.
Les Estances de Riba i les Rimas de Bécquer.
Després, tombats en terra de qualsevol manera,
comprenem que som bàrbars, i que aixòno deu ser,
que no estem en l'edat, i tot això i allò.

No hi havia a València dos amants com nosaltres,
car d'amants com nosaltres en son parits ben pocs.

[Text 114] Vicente Aleixandre, Sombra del paraíso.




Los dormidos

Qué voz entre los pájaros de esta noche de ensueño
Dulcemente modula los nombres en el aire?
¡Despertad! Una luna redonda gime o canta
Entre velos, sin sombra, sin destino, invocándoos.
Un cielo herido a luces a hachazos, llueve el oro
Sin estrellas, con sangre, que en un torso resbala:
Revelador envío de un destino llamando
A los dormidos siempre bajo los cielos vividos.

¡Despertad! Es el mundo, es su música. ¡Oídla!
La tierra vuela alerta, embriagada de visos,
De deseos, desnuda, sin túnica, radiante,
bacante en los espacios que un seno nuestra hermoso,
azulado de venas, de brillos, de turgencia.

¡Mirad! ¿No veis un muslo deslumbrador que avanza?
¿Un bulto victorioso, un ropaje estrellado
que retrasadamente revuela, cruje, azota
los siderales vientos azules, empapados?

¿No sentís en la noche un clamor? ¡Ah dormidos,
sordos sois a los cánticos! Dulces copas se alzan:
¿Oh estrellas mías, vino celeste, dadme toda
vuestra locura, dadme vuestros bordes lucientes!

Mis labios saben siempre sorberos, mi garganta
se enciende de sapiencia, mis ojos brillan dulces.
Toda la noche en mí destellando, ilumina
vuestro sueño, oh dormidos, oh muertos, oh acabados.

Pero no; muertamente callados, como lunas
de piedra, en tierra, sordos permanecéis, sin tumba.
Una noche de velos, de plumas, de miradas,
vuela por los espacios llevándoos, insepultos.

[Text 115] Antonio Machado, XXXII.




Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.

[Text 116] Antonio Machado, LXXIX, “Desnuda está la tierra”.



Desnuda está la tierra
Desnuda está la tierra,
y el alma aúlla al horizonte pálido
como loba famélica. ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
  ¡Amargo caminar, porque el camino
pesa en el corazón! ¡El viento helado,
y la noche que llega, y la amargura
de la distancia!… En el camino blanco
algunos yertos árboles negrean;
  en los montes lejanos
hay oro y sangre… El sol murió… ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?

[Text 117] Ausiàs March, XXVI -Fragment:

Yo crit lo bé si·n algun loch lo sé,
callant lo mal sens passar-ne despit,
car en maldir mon cor no pren delit
ne·m cal cridar, puys no veig lo perqué;
no per aytant que molts béns yo no senta,
mas poch val crit entre lo sort e·l mut,
per que·l bon hom per tal no és sabut
e sa valor en lo món no l'augmenta.

[Text 118] Raimon “Jo vinc d’un silenci”:




Jo vinc d'un silenci
antic i molt llarg
de gent que va alçant-se
des del fons dels segles,
de gent que anomenen
classes subalternes,
jo vinc d'un silenci
antic i molt llarg.
Jo vinc de les places
i dels carrers plens
de xiquets que juguen
i de vells que esperen,
mentre homes i dones
estan treballant
als petits tallers,
a casa o al camp.
Jo vinc d'un silenci
que no és resignat,
d'on comença l'horta
i acaba el secà,
d'esforç i blasfèmia
perquè tot va mal:
qui perd els orígens
perd identitat.
Jo vinc d'un silenci
antic i molt llarg,
de gent sense místics
ni grans capitans,
que viuen i moren
en l'anonimat,
que en frases solemnes
no han cregut mai.
Jo vinc d'una lluita
que és sorda i constant,
jo vinc d'un silenci
que romprà la gent
que ara vol ser lliure
i estima la vida,
que exigeix les coses
que li han negat.
Jo vinc d'un silenci
antic i molt llarg,
jo vinc d'un silenci
que no és resignat.

[Text 119] Miquel Martí i Pol, de Paraules al Vent, “Nosaltres, ben mirat...”




Nosaltres, ben mirat, no som més que paraules,
Ordenades, si voleu, amb aliva arquitectura
contra el vent i la llum,
contra els cataclismes,
en fi, contra els fenòmens externs
i les internes rutes angoixoses.
Ens nodrim de paraules
i, algunes vegades, habitem en elles:
així en els mots elementals de la infantesa,
o en les acurades oracions
dedicades a lloar l’eterna bellesa femenina,
o, encara, en les darreres frases
del discurs de la vida.
Tot, si ho mireu bé, convergeix en nosaltres
perquè ho anem assimilant,
perquè ho puguem convertir en paraules
i perduri en el temps,
el temps que no és res més
que un gran bosc de paraules.
I nosaltres som els pobladors d’aquest bosc.
I més d’un cop ens hem reconegut
en alguna antiquíssima soca,
com la reproducció estrafeta
d’una pintura antiga,
i hem restat indecisos
com aquell que desconeix la ciutat que visita.
Però la nostra missió és parlar.
Donar llum de paraula
a les coses inconcretes.
Elevar-les a la llum amb els braços de l’expressió
viva
perquè triomfem en elles.
Tot això, és clar, sense viure massa prop de les coses.
Ningú no podrà negar que la tasca és feixuga.

[Text 119] Miquel Martí i Pol, de Paraules al Vent, “Nosaltres, ben mirat...”




Nosaltres, ben mirat, no som més que paraules,
Ordenades, si voleu, amb aliva arquitectura
contra el vent i la llum,
contra els cataclismes,
en fi, contra els fenòmens externs
i les internes rutes angoixoses.
Ens nodrim de paraules
i, algunes vegades, habitem en elles:
així en els mots elementals de la infantesa,
o en les acurades oracions
dedicades a lloar l’eterna bellesa femenina,
o, encara, en les darreres frases
del discurs de la vida.
Tot, si ho mireu bé, convergeix en nosaltres
perquè ho anem assimilant,
perquè ho puguem convertir en paraules
i perduri en el temps,
el temps que no és res més
que un gran bosc de paraules.
I nosaltres som els pobladors d’aquest bosc.
I més d’un cop ens hem reconegut
en alguna antiquíssima soca,
com la reproducció estrafeta
d’una pintura antiga,
i hem restat indecisos
com aquell que desconeix la ciutat que visita.
Però la nostra missió és parlar.
Donar llum de paraula
a les coses inconcretes.
Elevar-les a la llum amb els braços de l’expressió
viva
perquè triomfem en elles.
Tot això, és clar, sense viure massa prop de les coses.
Ningú no podrà negar que la tasca és feixuga.

[Text 120] Anònim:




Sedia-m'eu na ermida de San Simion,
e cercaron-mi as ondas, que grandes son.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

Estando na ermida ant'o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas, que grandes son;
non ei i barqueiro nen remador.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas do alto mar;
non ei i barqueiro, nen sei remar.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei, fremosa, no mar maior.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

Non ei i barqueiro, nen sei remar:
morrerei, fremosa, no alto mar.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

[Text 121] Max Aub, “Canto de los esclavos para el Ejército Rojo”, -Fragment inèdit.



Todos nosotros, compañeros,
conocimos aquellos mozancones

[Text 122] Rosario Raro, Finlandia, “Me habitaràs”.




Me habitaràs
contra el destino escrito
por este nombre.

[Text 123] Joan de Timoneda, “Bella, de vós só enamorós”:




Bella, de vós só enamorós

Bella, de vós só enamorós,
Ja fósseu mia!
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.
Tot mon tresor done i persona,
a vós, garrida.
Puix no us vol mal qui el tot vos dóna,
dau-me la vida;
dau-me-la, doncs, hajau socors,ànima mia!
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.
Bella, de vós só enamorós,
Ja fósseu mia!
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.
Vós m'haveu fet gran cantorista
i sonador;
vós ben criat; vós bell trobista,
componedor,
fort i valent; també celós,
ànima mia.
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.
No us atavieu, anau així,
que prenc gran ira
si us ataviau i algú prop mi
per sort vos mira.
Nueta us vull, gest graciós,
ànima mia.
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.
Bella, de vós só enamorós,
Ja fósseu mia!
La nit i el jorn, quan pens en vós,
mon cor sospira.

[Text 124] Leopoldo de Luis, “La pareja”



La pareja
Tenerte cerca. Hablarte.
Y besarte en silencio.
Y sentir el contacto
caliente de tu cuerpo.
Sentir que vives, trémula,
aquí, contra mi pecho.
Que mis brazos abarcan
tus límites perfectos.
Que tu piel electriza
las yemas de mis dedos.
Que la vida se ahoga
en el hilo de un beso.
Que así, en la sombra, a tientas,
bajo la noche, ciegos,
topándonos a oscuras
mientras todo es silencio,
nos amamos y somos
casi dioses, rugiendo.
Vuelvo a palpar tu carne,
vuelvo a besarte, vuelvo
a estrecharte en la sombra
ciega contra mi pecho.
Vuelvo a sentir tu vida
trémulamente. siento
que el desamparo pone
su soledad, su cerco,
en torno de nosotros.
El mundo está desierto.
Mudo. Tú y yo arrojados
a un destino violento,
aquí, sobre la tierra,
abrazándonos ciegos.
Y entonces te recojo,
te amparo, te sujeto,
pequeña, débil, mía,
cobijada en mi aliento,
sostenida en mis brazos,
cubierta con mis besos.
Pero mi pequeñez
en seguida comprendo.
Mi inútil protección,
castillo sin cimientos,
rueda deshecha frente
al enorme Universo.
¡Qué poco puede el hombre!
Y me refugio en medio
de tanta soledad
en tu caliente cuerpo,
para que entre tus brazos
me mezas con tu tierno
amor. Niño asustado,
busco tu amor materno.
Los dos en la tiniebla
abrazados, pequeños,
frente a la eternidad,
lloramos en silencio.
La noche continúa
mudamente cubriéndonos.

[Text 125] Miquel Mart i Pol, Llibre de solituds, “Compliment a Antonio Machado”




Compliment a Antonio Machado

No t'he dut flors, Antonio, t'he portat
un silenci amorós, per no interrompre
el teu íntim diàleg amb la mort
que fa tants anys que dura. Compartir-te
ha estat deturar el temps, per retrobar-me
més ingenu que mai i amb un sanglot
a flor de pell, com una criatura.
No t'he dut res, Antonio, però estimo
més que abans aquest mar que m'ha vist créixer
i prop del qual confio de morir
d'ençà que he vist que tu m'hi acompanyaves.

[Text 126] Vicent Andrés Estellés, Llibre de meravelles, “Assumiràs la veu del teu poble”:



 
Assumiràs la veu d'un poble
i serà la veu del teu poble
i seràs, per a sempre, poble,
i patiràs i esperaràs,
i aniràs sempre entre la pols,
et seguirà una polseguera.

I tindràs fam i tindràs sed,
no podràs escriure els poemes
i callaràs tota la nit
mentres dormen les tues gents,
i tu sols estaràs despert,
i tu estaràs despert per tots.

No t'han parit per a dormir:
et pariren per a vetlar
en la llarga nit del teu poble.
Tu seràs la paraula viva,
la paraula viva i amarga.

Ja no existiràn les paraules
sino l'home assumint la pena
del seu poble, i és un silenci.
Deixaràs de comptar les sil.labes,
de fer-te el nus de la corbata:
seràs un poble, caminant
entre una amarga polseguera,
vida amunt i nacions amunt,
una enaltida condició.

No tot serà, però, silenci.
Car diràs la paraula justa,
la diràs en el moment just.
No diràs la teua paraula
amb voluntad d'antologia,
car la diràs honestament,
iradament, sense pensar
en ninguna posteritat
com no sia la del teu poble.

Potser et maten o potser
s'en riguen, potser et delaten;
tot això són banalitats.
Allò que val és la consciència
de no ser res sino s'és poble.
I tu, greument, has escollit.
Després del teu silenci estricte,
camines decididament.

[Text 127] Salvador Espriu, La pell de brau, XLVI:




A vegades és necessari i forçós
que un home mori per un poble,
però mai no ha de morir tot un poble
per un home sol:
recorda sempre això, Sepharad.
Fes que siguin segurs els ponts del diàleg
i mira de comprendre i estimar
les raons i les parles diverses dels teus fills.
Que la pluja caigui a poc a poc en els sembrats
i l'aire passi com una estesa mà
suau i molt benigna damunt els amples camps.
Que Sepharad visqui eternament
en l'ordre i en la pau, en el treball,
en la difícil i merescuda
llibertat.

[Text 128] Carles Riba, Elegies de Bierville.




ELEGIA SEGONA

Súnion! T'evocaré de lluny amb un crit d'alegria,
tu i el teu sol lleial, rei de la mar i del vent:
pel teu record, que em dreça, feliç de sal exaltada,
amb el teu marbre absolut, noble i antic jo com ell.
Temple mutilat, desdenyós de les altres columnes
que en el fons del teu salt, sota l'onada rient,
dormen l'eternitat! Tu vetlles, blanc a l'altura,
pel mariner, que per tu veu ben girat el seu rumb;
per l'embriac del teu nom, que a través de la nua garriga
ve a cercar-te, extrem com la certesa dels déus;
per l'exiliat que entre arbredes fosques t'albira
súbitament, oh precís, oh fantasmal! i coneix
per ta força la força que el salva als cops de fortuna,
ric del que ha donat, i en sa ruïna tan pur.

[Text 129] Max Aub, “No os ocultaréis a Dios” –inèdit-.




No os ocultaréis a Dios
¡traidores!...

[Text 130] Vicente Aleixandre, Sombra del paraíso, “El poeta”. El Poeta




El Poeta

A mi ciudad de Málaga

Para ti, que conoces cómo la piedra canta,
y cuya delicada pupila sabe ya del peso de una
montaña sobre un ojo dulce,
y cómo el resonante clamor de los bosques se
aduerme suave un día en nuestras venas.;

para ti, poeta, que sentiste en tu aliento
la embestida brutal de las aves celestes,
y en cuyas palabras tan pronto vuelan las poderosas alas de las águilas
como se ve brillar el lomo de los calientes peces sin sonido:
oye este libro que a tus manos envío
con ademán de selva,
pero donde de repente una gota fresquísima de rocío brilla sobre una rosa,
o se ve batir el deseo del mundo,
la tristeza que como párpado doloroso
cierra el poniente y oculta el sol como una lágrima oscurecida,
mientras la inmensa frente fatigada
siente un beso sin luz , un beso largo,
unas palabras mudas que habla el mundo finando.
Sí, poeta : el amor y el dolor son tu reino.
Carne mortal la tuya, que, arrebatada por el espíritu,
arde en la noche o se eleva en el mediodía poderoso,
inmensa lengua profética que lamiendo los cielos
ilumina palabras que dan muerte a los hombres.

La juventud de tu corazón no es una playa
donde la mar embiste con sus espumas rotas,
dientes de amor que mordiendo los bordes de la tierra,
braman dulce a los seres.

No es ese rayo velador que súbitamente te amenaza,
iluminando un instante tu frente desnuda,
para hundirse en tus ojos e incendiarte, abrasando
los espacios con tu vida que de amor se consume.

No. Esa luz que en el mundo
no es ceniza última,
luz que nunca se abate como polvo en los labios,
eres tú, poeta, cuya mano y no luna
yo vi en los cielos una noche brillando.

Un pecho robusto que reposa atravesado por el mar
respira como la inmensa marea celeste,
y abre sus brazos yacentes y toca, acaricia
los extremos límites de la tierra.

¿ Entonces ?
, poeta; arroja este libro que pretende encerrar en sus páginas un destello del sol,
y tus manos alzadas tocan dulce la luna,
y tu cabellera colgante deja estela en los astros.
Mientras tus pies remotísimos sienten el beso postrero
y mira a la luz cara a cara, apoyada la cabeza en la roca, del poniente.